martes, 13 de mayo de 2008

Bajo un desarme...

Eran las veintitrés con quince horario Pacífico...

Un desarme, cruel y lleno de furia y frustración; un innegable olor a alcohol, embriagante y dañiño. Y yo estoy tambien tirada a la mitad de mi habitación...pensando y soñando acerca de lo que significó firmar paz contigo; una paz unilateral e hipócrita, pues ni yo me la creí y sólo yo y nadie más la ejercería.
Soy yo y mi pequeño secreto; aún no sé si decirlo al mundo, pero es cada vez que volteo hacia abajo como si una avalancha de rumores me atormentará; susurrantes que no estan ahí me miran y solo puedo decir:
"Lo que escojo es mi miedo"; en un tono inaudible, cobarde y tímido...
Solo estoy aquí pasando el tiempo; mientras el tiempo cura con útiles objetos mi vacíos inmundos y terribles; mientras paso a paso me acercaré a gritar mi secreto al mundo.
Pero esto no podía ser así, ¡la armada de aquellos santillanes, malditos, bajos, bastardos, llegan y me llevan arrastrando, desnuda por las calles, bajo la lluvia a encerrarme en una carcél subterranea llena de frío, aquí no entra el sol! Mis ojos se enciegan, mis sentidos se excitan y solo sé que no ha dejado de llover.

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